Guiados por el amor a Jesús, sirviendo a los niños que más lo necesitan.

Creemos en Dios Padre, Su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo. Nuestra fe se fundamenta en la verdad de que todas las cosas son posibles mediante la oración, la fe y la obediencia. El amor incondicional de Dios transforma vidas, y con ese mismo amor cuidamos y protegemos a los niños con necesidades especiales.

“Que todo lo que hagan sea con amor.” 1 Corintios 16:14

Cada niño es un regalo precioso de Dios. Valoramos de manera especial a aquellos que han sido abandonados o descuidados debido a desafíos médicos o discapacidades.

“El que recibe a un niño como este en Mi nombre, a Mí me recibe.” Mateo 18:5

Sabemos que un impacto duradero ocurre a través de alianzas sólidas. Nuestros donadores, voluntarios, patrocinadores y organizaciones aliadas son esenciales para esta misión de amor y servicio. “Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.” 1 Corintios 12:14

Glorificamos a Dios mostrando Su corazón compasivo hacia los más vulnerables, aquellos que no pueden valerse por sí mismos. “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por Mí.” Mateo 25:40

Estamos comprometidos con la honestidad, la rendición de cuentas y la transparencia en todo lo que hacemos. La integridad es la base de nuestras relaciones. “Las obras de Sus manos son verdad y justicia; fieles son todos Sus mandamientos.” Salmos 111:7

Como guardianes, estamos dedicados a brindar atención y protección de por vida a niños que quizá nunca logren integrarse completamente en la sociedad. “Hemos llegado a ser partícipes de Cristo si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.” 

Hebreos 3:14

Estamos llamados a servir. Ya sea a través del voluntariado, compartiendo nuestras habilidades o dando generosamente, extendemos la gracia de Dios a los demás. Además, una parte de todas las contribuciones que recibimos también apoya a otras organizaciones que cuidan de los niños. 

“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.” 1 Pedro 4:10